¡Salve Onetti!

N.R.Mil gracias al amigo Alexis, por brindarnos estas reflexiones sobre nuestro gran Onetti.
Fueron escritas para ser publicadas en el Semanario "El Carolino"para el centenario de su nacimiento,hoy a 20 años de su muerte las republicamos.

 En este año, que ya mediamos, se conmemora el centenario del nacimiento de Juan Carlos Onetti. Decir esto puede sonar a lluvia sobre mojado. Es que aún quienes nunca accedieron a la obra del maestro uruguayo, ni lo harán jamás, en algún medio de difusión se toparon con el dato. El escritor montevideano se lo merece. Ambas cosas el recuerdo y que se lo lea más.

           Es muy difícil cumplir con el cometido que me trajo Víctor, escribir algo sobre Onetti. ¿Qué no se ha dicho? Eruditos, sus colegas escritores, periodistas culturales, dedican en estos doce meses, extensos comentarios respecto a este centenario, a merecidas reverencias. Criticas, anécdotas, se reimprime la obra, salen a luz páginas inéditas. Hasta el peruano Vargas Llosa editó un libro que ha titulado Viaje a la ficción: El Mundo de Juan Carlos Onetti.  El semanario Brecha del diecisiete de abril,  le dedica un especial que tituló: Pasión por Onetti. Nombro estos dos entre las cientos de publicaciones al respecto por ser, en el último caso, una de las más dedicadas, cuidadas e interesantes; en el caso del libro de Vargas Llosa, en lo personal, lo menos recomendable para acceder a la obra y vida del maestro, aunque con algunos aciertos dentro de mucha carencia de información, ha obviado incluso el comentario de algunos de sus textos fundamentales. Incluso aparecen allí ataques injustificados a Onetti, a la supuesta forma canallesca de tratar a sus personajes. Si algo redime a cualquiera de ellos es la piedad a veces excesiva con que los trata.

UNA MIRADA SOBRE ONETTI

Por culpa de un hombre y una librería de viejo me atrapó el Monstruo. Mientras esperaba a mi cita, un hombre que conocí en la redacción de un periódico donde trabajaba, maté el tiempo en una librería de viejo que se localiza entre una escuela y una cantina, fue en la sección de remates donde encontré Tierra de Nadie, una edición que alguien abandonó a la venta. Después del primer capítulo sentí como me había hundido de cabeza en la escritura delicada, fotográfica, madura y amenazante de Onetti; me gustó su tacto y su fuerza para escribir de los accidentes que se quedaban fuera de los libros, o como decía Cortázar, fuera de la alcoba; esos detalles pornográficos por crueles, artísticos y hermosos del amor, el odio, la ausencia, la vida y la muerte. Y lo que yo pueda agregar como halagos o acusaciones no importan, muchas cosas dirán y dicen de Onetti, y no vale la pena que yo agregue unas más.